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2 de Agosto de 2024
Autor: Felipe Lemunguir
En algún punto de nuestras vidas nos enfrentamos a una serie de imprevistos, con un desorden en nuestras finanzas. En ese punto donde nuestra billetera está en alerta amarilla o incluso roja, y necesitamos pedir un crédito.
Tal vez fue la lavadora que decidió dejar de funcionar justo cuando no era momento de hacer gastos muy grandes, o apareció una oportunidad de hacer un curso de especialización. Cualquiera sea el caso, siempre hay momentos en donde nos damos cuenta de que necesitamos una inyección de dinero para resolver algunas situaciones, unas más urgentes que otras.
¿La solución que nos viene a la cabeza? Pedir un crédito. Si ya lo has hecho, puede que estés familiarizado con lo que significa, pero en muchos casos no se sabe por dónde empezar. Peor aún es tomar decisiones sin haber investigado las tasas de interés, los plazos, o los requisitos que debo cumplir.
No hay problema, aquí te dejamos una guía completa para que tomes la mejor decisión.
¿Qué es un crédito de consumo o crédito social? Es un monto de dinero de libre disposición que otorga una entidad financiera, como un banco o una caja de compensación, a una persona o empresa. Este tipo de crédito se utiliza para adquirir bienes o pagar servicios, y se pacta para pagar en corto o mediano plazo, generalmente entre uno y cuatro años. A diferencia de los créditos hipotecarios o automotrices, este tipo de créditos no está destinado a bienes específicos de gran valor, sino que puede usarse para una variedad de necesidades personales o familiares.
Qué saber antes de pedir un crédito. Antes de lanzarte a pedir un crédito, es crucial que te hagas algunas preguntas fundamentales. La primera es si realmente necesitas este crédito. Es importante distinguir entre necesidades y deseos. Pregúntate si puedes esperar y ahorrar para satisfacer esa necesidad o si es algo que necesita ser resuelto de inmediato. Además, debes considerar si estás dispuesto a asumir el compromiso de pagar este crédito. Recuerda que pedir un crédito implica un compromiso financiero a futuro, y debes estar seguro de que podrás cumplir con los pagos sin afectar tu estabilidad económica.
Requisitos de un crédito. Para obtener un crédito de consumo o social, generalmente necesitas cumplir con ciertos requisitos que pueden variar según la entidad financiera. Los requisitos comunes incluyen tener una cédula de identidad vigente, presentar tus últimas liquidaciones de sueldo si eres trabajador dependiente, y en caso de ser independiente, deberás mostrar tus declaraciones de renta u otros documentos que acrediten tus ingresos. Además, es crucial contar con un buen historial comercial, es decir, no tener deudas impagas o protestos de documentos. Las entidades financieras también evaluarán tu capacidad de pago, por lo que debes demostrar ingresos estables que permitan cubrir las cuotas del crédito solicitado.
Comparar y cotizar. No te quedes con la primera oferta que encuentres. Es fundamental comparar diferentes opciones y cotizar en distintas instituciones financieras. Utiliza simuladores de crédito y consulta con los asesores para entender bien las condiciones de cada oferta. Comparar te permitirá encontrar las mejores tasas de interés y condiciones que se ajusten a tus necesidades y capacidades de pago.
En qué fijarse al pedir un crédito. Uno de los aspectos más importantes al pedir un crédito es conocer tu capacidad de pago. Esto implica calcular tu ingreso total mensual y restar tus gastos fijos como arriendo, servicios básicos, alimentación, transporte, entre otros. El saldo resultante te indicará cuánto puedes destinar al pago del crédito sin poner en riesgo tu estabilidad financiera.
Además, es crucial verificar las tasas de interés ofrecidas, ya que estas pueden variar según tu perfil financiero y la entidad prestadora.
Otro aspecto que considerar son los costos asociados al crédito. Más allá de los intereses, existen gastos adicionales como notariales, impuestos y seguros que pueden incrementar el costo total del crédito. Es fundamental tener claridad sobre estos costos antes de firmar el contrato.
El tiempo de pago es otro factor a tener en cuenta. Un plazo más largo puede resultar en cuotas mensuales más bajas, pero también en mayores intereses acumulados a lo largo del tiempo. Por lo tanto, es recomendable evaluar cuál es el plazo que mejor se ajusta a tu capacidad de pago y a tus necesidades financieras.
Leer y preguntar. Antes de firmar cualquier contrato, lee detenidamente toda la documentación. No te dejes llevar por la prisa y asegúrate de entender todas las cláusulas, especialmente las relacionadas con los costos y las penalizaciones por atrasos en los pagos. Si tienes dudas, no dudes en preguntar. Los asesores financieros están ahí para ayudarte y es su deber aclarar todas tus inquietudes. Pregunta sobre la posibilidad de pagar el crédito de forma anticipada y sobre cualquier cargo extra que pueda surgir durante la vigencia del crédito.
Errores comunes al pedir un crédito. Uno de los errores más comunes al pedir un crédito es solicitar más dinero del que realmente necesitas. Es tentador pedir un monto mayor para tener un colchón financiero, pero recuerda que todo ese dinero deberá ser devuelto con intereses y comisiones. Por lo tanto, es mejor pedir solo lo necesario para evitar pagar de más y mantener una buena salud financiera.
Elegir un plazo muy largo es otro error frecuente. Aunque un plazo mayor puede significar cuotas más bajas, también implica pagar más intereses a largo plazo. Es importante ser realista y elegir un plazo que te permita pagar cómodamente las cuotas sin comprometer tu estabilidad económica.
No informarse sobre los productos asociados al crédito es otro fallo común. A veces, las entidades financieras ofrecen productos adicionales como tarjetas de crédito o seguros que pueden aumentar el costo total del crédito. Asegúrate de entender bien qué productos están incluidos y si realmente los necesitas.
Finalmente, no comparar diferentes ofertas es un error que puede costarte caro. Siempre es recomendable comparar varias opciones antes de tomar una decisión. Utiliza herramientas en línea y consulta con asesores para encontrar la mejor oferta que se ajuste a tus necesidades y capacidades de pago.
Un crédito de consumo o social puede ser una excelente solución para situaciones imprevistas o para financiar proyectos personales, siempre y cuando se haga con responsabilidad y planificación. ¡No te dejes llevar por la prisa y toma decisiones informadas!
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